jueves, 2 de diciembre de 2010

Un día la princesa despertó,
sin saber si el príncipe la quiso.

Morir


Morir en tus besos
morir en tus labios
morir
sabiendo que no estás.

Quiero volver a mirarte
tan cerca que me de miedo
tan cerca que se me encoja el alma.
Que al ritmo de tus latidos
mi respiración se haga la tuya
que el quererte duela.
Echarte de menos,
cuando estés lejos
y cuando estés aquí.
Quiero llevarme los besos
que no te he dado hoy
y guardártelos para mañana.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Ser tuya cuando estoy contigo,
esa es mi mejor oferta.


He estado pensando
que ya no quiero enamorarme.

sábado, 13 de noviembre de 2010


¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémosnos hoy mucho y mañana
¡digámosnos, adiós!

jueves, 14 de octubre de 2010

No quiero besarte ahora.
No quiero besarte,
ahora.
No,
¡quiero besarte ahora!

domingo, 10 de octubre de 2010

A A.Z.Z, (Poeta del hoy).
Y rompí la poesía,
sólo por no saberla utilizar.

Para cuando tu me escribas un poema,
yo ya te habré nombrado
en miles versos.
Por ser así, tuyo.
Auténtico y poderoso,
intocable.
Por envidia o
por tenerte un poco,
bebería de tí hasta el último sorbo
el más largo y lastimado,
Y me quedaré aquí
para escucharte decir
la última palabra.
Que despues no quedará nada.

Siempre serás solo tú.
Y no sé si por eso,
con esa pena,
te compartes, a veces,
y a veces conmigo.
Me das lo que nadie
el sueño de ser
gritar primero
fumar del tiempo
volar
y caer en la poca cuenta
que rindes
a las odiosas costumbres.

El rock, el vodka
y el humo,
tienen sentido a tu lado,
y te dan ese halo
que no te hace falta.
Porque tu ya vives.

Ahora, me entiendo
callendo rendida al embrujo,
entrando en la suave noche
de la pasión de tus palabras.


He salido a buscarte
con mi nobel de los viernes bajo el brazo
y no logro verte.

Puede que fumando de otros labios
seas hoy más
tú.

sábado, 9 de octubre de 2010


Y tú,
que viajas solo
me dejas colgada de una arruga,
de un pequeño recorte de un nosotros
sin ni siquiera preciarme
de ser dueña del sueño de mi misma.

Y ahora te ries
y yo
no puedo más que reir contigo
permitirte a ti
el privilegio de hacerme daño
en exceso, y darme a mi
el capricho de ser la victima.
Alargar lo que ya no tiene tiempo,
llegar, otra vez, tarde,
atarme a noches en vela,
siendo de otro pero solo
a medias.

jueves, 7 de octubre de 2010

Te dejó volar
sin darse cuenta
de si estaba preparada,
si podría
soportar no llorar,
cuando estuvieras lejos
cuando estuvieras con otros
cuando ya no te viera.





¿Qué hago contigo
con saber que me has mentido?
Tengo las ganas
muero por verte
lo traje todo preparado
y tú, falláste.

Mi trocito

Hay un lugar que sólo yo conozco.
Aunque este ahí, dónde todo el mundo puede verlo.
Es más, existía antes de que yo lo descubriera pero creo que nadie se dió cuenta de que era un paraiso escondido, un pedazo de la inmensidad.
Al principio, ni siquiera yo lo imaginaba allí, tal vez porque no es una calle, ni una plaza, ni se encuentra en ningún enclave geográfico. No tiene parada , ni dirección; no es un lugar al que puedas llegar facilmente y del que sea sencillo marcharse.
Y es que es un pequeño paraje de apenas un centimetro cuadrado que se alza tímidamente por encima de la comisura de los labios del príncipe. Justo un punto al oeste del surco central.
Aunque reducido, en él se guardan todos los besos que aún no nos hemos dado y fue el principio de todos los que ya tuvimos.
Suelo salirme de sus límites con facilidad, en ocasiones me pierdo y al mirarlo siento celo de que alguién lo hubiera visto antes y en algún momento de su vida hubiera campado a sus anchas por aquello que ahora es mio. Por eso he decidido plantar bandera en la cima, no sea que algún otro viajero de paso confunda su destino.
Nada lo cubre,pero si estoy delante no puedo ver más allá, ni siquiera los ojos del principie y si estoy lejos, no hago más que recordalo.
¡Que sabe a fresa y a sandía...!
Poco a poco he descubierto que tiene dependencias por todo el cuerpo, una en el cuello, otra en el hombro, otra en la muñeca, y juraría que alguna más dónde aún no me he atrevido a viajar.
Me siento a gusto en mi paraje, puede que algún día solicite un permiso o una cédula de habitabilidad y viva, para siempre, en los labios del príncipe.
¿Sómos amigos?
-Sí.
¿Por qué?
-¿Porqué?
Sí, ¿por qué sólo somos amigos?



¿Estás seguro?
-¿De qué?
De no quereme como yo a tí.



¡Si quiero!
-¿Qué?
A tí... TODO.



Te echo mucho de menos,
aunque, a veces, no te lo diga.



¡Qué pena!
-¿Pena?
No volver a besarte.



¿Si ya no siento ganas de besarte?
Muero por hacerlo, estoy loco por un beso, a cada segundo, a cada momento, cuando te veo y cuando no, cuando te tengo cerca, cuando sólo te siento...



Vivo loco por esos ojos...
¡Quiero verlos todos los días!

Bichito







Tú, pequeño angel
que eres dulce
que eres tuyo.
Aún no te conozco
y te quiero por quien serás.
Porque fruto del viento
ya te has ganado una sonrisa.
Escucharte decir "hasta mañana", con la seguridad de que mañana llegará.
Y llegará tan pronto que apenas me de cuenta.
Y, sin embargo, te quiero.
Yo,
sin embargo,
te quiero.
Ahora,
tan cerca que casí puedo tocarte
sólo tengo que ganar la batalla al deseo
de besarte
a cada instante.
Al arranque que me hace mirarte fijamente. Desafiar.
Al escalofrío que me recorre cada vez que sonries.
Tu nunca me traerás flores
y yo
ni tan siquiera pediré.


Moriremos de orgullo por no amarnos lo suficiente.
Eternamente
libre y sin medida
Con locura, deseo. Sin fín.
De manera firme, y siempre
con miedo de no tenerte nunca.
Todavía hoy puedo sentir
el aire de tu repiración
moviendo mi pelo.
Puedo sentir tus brazos
rodeando todo mi cuerpo
tu pecho apretado
y bajo esa presión
contra mi pecho,
tus latidos.
La poca distancia entre tu piel y mi piel.
Vuelvo a sentir tus besos
párvulos, tiernos
que no tocan mis labios
los dejan morir
sin ser besados.
Daría lo que fuera por tenerte los cinco primeros minutos del día.
Por verte nada más despertar y besarte antes de que abrieses los ojos.
Déjame vivir en tu mente
como en aquel rincón de tu casa
que ya nunca habitas.
Estar sentada en tu coche
escucharte hablar
cuando estás solo.
Quiero ser la imagen
de tu memoria.
Esperar siempre
para ser tuya.
Llevo tantos días sin verte,
que había olvidado lo guapo que eres.
Había olvidado que eras mi príncipe.
Quiero uno a uno
los besos que no me has dado.
uno en el hombro, otro en el cuello
en ese pequeño hueco que deja detras de la oreja
mi pelo.
Otro en el pecho
justo de bajo de la barbilla, pero
por encima de mi alma.
Puesto a besar, besa también mi frente
donde viven mis pensamientos
mi vientre, fruto de todos mis deseos.
Besa mis tobillos, mis rodillas
que tiemblan si besas.
Pero no vuelvas
nunca más beses mis labios
son ellos
los que me hacen perder la cabeza.
Cuando te miro hay
diez millones de cosas
que quiero decirte.


Te cuento qué tal he dormido,
cómo llevo la semana
y cuanto te he echado
de menos, desde que no te veo.
Pregunto
qué tal estás tú,
tu madre y tu perro
y cuánto me quieres.
Aunque parezca mentira
cuando te miro
te digo que te adoro
-porque yo ya no te quiero
es más-
y confieso que llevo tiempo
colgada
de una arruga de tus labios.
Quizá, del pliego izquierdo.
Y mis ojos se abren más.
Y pierdo la verguenza,
y grito
que estoy deseando abrazarte
que me beses
que voy a correr hacía tí
te morderé en el cuello.


Pero tu no me oyes
tus ojos, sordos
mis parpados lloran
porque no escuchaste cuando te dije
que quería que fueses
mi príncipe.
Quiero dormir en la cama, donde esos ojos se cierran cada noche.
Siempre pienso en esos días
que pasaste en mi vida,
esos
en que tu piel era la mia.

Podrías.

Títiro a Melibeo


Ad mecum poteras requisquere haec noctem,
pero tú no lo harás,
y yo moriré
sin saber lo que es.

martes, 25 de mayo de 2010

Mirando mi trocito

Vuelvo a estar aquí. Apoyada en tu hombro. Y sólo yo sé que es el único lugar del mundo mío, y no quiero que se entere nadie. Así que sigo en silencio, casi no me muevo, casi no respiro.
Desde aquí solo veo una cosa, tus labios, rosados, algo fuertes. Ni siquiera los veo enteros, solo la delgada curva que dibuja el de arriba y mi trocito. (Mmmmm mío).
Creo que es de día, que hace sol, no hay nubes, pero no lo sé. Solo tengo tus labios.
Y a veces cierro los ojos, y siguen ahí.
Los abro, y ahí.
Los cierro.
Abro solo uno; estoy jugando.
Es divertido saber que no van a salir corriendo, que son para mí, y guardar ese pensamiento. Dejar recorrer mi espalda por un escalofrío.

Dia 0 - ¿Dónde está?

Hace tiempo concocí un príncipe ( lo era, lo sé porque sus ojos brillaban más), pero se marchó y ahora no sé dónde está. Quizá fue su caballo el que, despistado, se perdió, o él, quien se alejó entre otras flores.


Pero no está.


Y le busco -a él, a mi- y ojalá la búsqueda duré eternamente... porque se llevo algo mio y me dió motivos...


"There once was a little girl who never knew love
until a boy broke her heart"




(Tchss, tchss...Es casí un secreto pero,... ha vuelto, a veces, aunque nunca es quién dice ser.
Y lo hace sólo para dejarme sola, otra vez. Y que le eche de menos.
Otra vez.)